Las segundas, las sintéticas o acrílicas, se hacen a base de metales, por lo que nos pueden traer problemas a nuestra piel, lógicamente al contrario que las vegetales, no decoloran tan fácilmente, aunque también lo hacen, pero más lentamente y dependiendo de cada persona. Además los colores son más vivos e incluso le dan otro toque a nuestros dibujos en la piel. Cabe recordar que uno de los colores con más dificultad a la hora de curar es el rojo, ya que siempre lleva una cantidad superior de minerales y eso hace que durante el proceso de curación sea más complicado que sane rápidamente.
Todo tiene sus pros y sus contras, pero lo que si que es evidente es que podemos decidir que tinta utilizar en el estudio de tatuar al que vayamos.
Una curiosidad más a tener en cuenta, sobre todo si tenemos problemas de alergia con facilidad. No podemos olvidar que estamos delante de algo que se mete en la piel por lo que antes de pincharnos, debemos ser cuidadosos.